martes, 6 de mayo de 2014

Nos quedamos, si nos dejan...

Distribución.

Históricamente el lobo ibérico siempre fue una especie muy abundante en toda la península ibérica.
Fue a principios del siglo XX cuando sus poblaciones se vieron disminuidas a causa de múltiples persecuciones y matanzas sistemáticas. 
Tales fueron dichas persecuciones, que en los años 70; sobre todo durante la dictadura franquista, la especie estuvo al borde de su extinción, quedando únicamente unas pequeñas poblaciones en la parte noroeste de la península y en Sierra Morena.

Años después, entre 1987 y 1988, por encargo del entonces Instituto para la Conservación de la Naturaleza (ICONA), se llevó a cabo un estudio nacional para evaluar la distribución, la situación y la problemática del lobo en España. Su área de distribución de la especie se extendía en unos 100.000 km2 , fundamentalmente en el cuadrante noroccidental del país (la mayor parte de Galicia, la porción meridional de Asturias y Cantabria, la mitad septentrional de Castilla y León y algunas zonas de La Rioja y el País Vasco). Además, en la mitad sur de España se localizaron dos núcleos residuales y aislados en Extremadura y Sierra Morena. 

La población española de lobos se estimó en 300 grupos familiares.

En dicho estudio se vio cómo la población septentrional mostraba una tendencia a aumentar, mientras que la tendencia de los núcleos de la mitad sur era regresiva y fueron considerados en peligro de extinción.

Actualmente, el número total de ejemplares de que se pueden encontrar en España varía según las fuentes. 

En la actualidad la población puede estimarse en aproximadamente 2.500 ejemplares, distribuidos prácticamente en el cuadrante noroccidental de la Península.





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